Muchas veces al llegar a la tercera edad, los ancianos, o nuestros abuelitos, pueden sentirse tristes, solos y deprimidos. Ya sea que vivan solos o en algún asilo, no pueden evitar sentirse olvidados, aburridos, ya que finalmente, sus hijos o nietos no viven con ellos y nuevamente vuelven a quedarse solos sin tener a nadie por quién hacerse responsable.
Es aquí donde de acuerdo a diversos estudios, una buena opción y compañía puede ser un gato adulto, ya que para los ancianos resulta muy beneficioso compartir su vida y asumir la responsabilidad de atender a un animal: se sienten útiles, establecen una relación de cariño diaria y además reciben una grata compañía.
Una de sus principales virtudes es la agradable compañía que los gatos proporcionan a una persona mayor, pues se convierten en un estímulo para la responsabilidad de estas personas, que deben cuidar y asear cada día. También aportan serenidad y tranquilidad a los ancianos que padecen alguna enfermedad crónica que condiciona su vida, pues al atenderlos olvidan, (al menos en parte), sus propios problemas. Además favorecen los pensamientos positivos y mejoran las condiciones de salud (está comprobado que son estupendos niveladores de la tensión arterial), además de que a diferencia de otras mascotas, su mantenimiento no presenta problemas en personas cuya locomoción está impedida o limitada.
De hecho, algunos enfatizan cómo el gato aporta la compañía ideal para los adultos mayores, dada su necesidad de contacto directo y caricias lo cual beneficia al anciano al estimular su sentido de tacto e incluso de responsabilidad, por supuesto, psicológicamente el anciano ganará más confianza y ganas de vivir al tener una tarea diaria en el aseo y cuidados de su nuevo amigo.
Así que considera que un gato puede ser una buena opción para llevar a algún asilo, o para tener una mascota que tanto tú, como tu abuelito puedan cuidar.
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